Creemos que es fundamental aprender a «leer» e «interpretar» el lenguaje del cuerpo. La postura que adoptamos y la manera en que responde nuestro cuerpo a la acción de la gravedad, es un buen indicador de ello. Si somos buenos observadores, veremos a través de la postura corporal claras señales de tensión muscular (nos gusta denominarla con las palabras «cierre» o «bloqueo»), que puede afectar en forma encadenada a grandes grupos musculares. En ocasiones, dicha tensión se extiende desde la región de la nuca hasta la planta de los pies.
Por ello, el comportamiento muscular del cuerpo no se da de manera aislada, sino de forma interrrelacionada, como si se tratara de eslabones de una cadena, a la vez que dicho comportamiento muscular guarda una estrecha relación con la vida psíquica de la persona.
La emisión vocal, considerada como una manifestación más del comportamiento muscular y motriz del cuerpo, y superditada a las características psíquicas y expresivas de cada persona, no está ajena a esta unidad cuerpo-mente de la cual estamos hablando. La función vocal está integrada dentro del funcionamiento muscular total de la persona, y es reflejo del comportamiemto armonioso o de la disarmonía de su estado muscular. La voz es, por tanto,
indisociable del estado general del cuerpo y de la mente.
Entremos ahora a hacer algunas referencias a la respiración, desde el punto de vista del autor del que hablamos. Para él la respiración ocupa la zona intermedia del tronco entre los polos superior-inferior, cabeza-vientre, conciencia-instinto y tendría comportamientos de uno y otro; es decir: puede ser inconsciente o puede regularse bajo el control voluntario. Dropsy habla de la «pequeña respiración» – que correspondería al tipo costal superior- y de la » gran respiración» – equivalente a la respiración completa -, que pondría en juego a todo el tronco. Durante la inspiración y la espiración se pone en juego una acción muscular que compromete al diafragma en una tensión activa y una distensión de los músculos abdominales y pélvicos durante la inspiración. En la espiración, los antagonistas del diafragma – abdominales y pélvicos – se tensionan activamente y empujan hacia arriba al diafragma el cual está distendido. Es importante mencionar que el centro del movimiento respiratorio – el de la «gran respiración» , no estaría en el pecho sino en la mitad del vientre, coincidiendo con el centro de gravedad del cuerpo del que hablamos anteriormente.
De ahí la importancia que tiene tomar conciencia de esta zona del cuerpo para lograr un empleo preciso de todo el organismo. A su vez, toda reeducación de un problema respiratorio debería comenzar para Dropsy con una liberación y restauración del equilibrio de la columna vertebral.
Una alteración o detención del ritmo fluído de la respiración, desorganiza el trabajo preciso del cuerpo; pero muchas veces, el problema va más lejos, pudiendose convertir el bloqueo respiratorio en un comportamiento crónico.
Cualquiera que sea el tipo de bloqueo del vientre o del tórax traerá como consecuencia una disociación y pérdida de unidad entre el tórax y el abdomen para realizar el movimiento respiratorio de manera fluída y constante.
No podemos extendernos más en el enfoque del trabajo de Dropsy, ya que excede los límites de lo que queremos abordar en este capítulo, y para el cual hemos seleccionado información que a nuestro criterio tiene una importancia clave para abordar los trastornos de la emisión vocal con un enfoque integral del cuerpo.
. En este contexto, pensamos que cuando existe un trastorno de la voz, es necesario interpretar cómo funciona el cuerpo en su conjunto y qué aspectos de este funcionamiento influyen negativamente en el flujo respiratorio natural así como en la emisión vocal. En definitiva, creemos importante que como fonoterapeutas lleguemos a interpretar qué mecanismos compensatorios han actuado sobre el cuerpo – especialmente sobre su musculatura-, para desembocar en una alteración de la función respiratoria y vocal.
Los trabajos que hemos expuesto conciben al reeducador como guía de un proceso que necesariamente ha de recorrer el paciente. También suponen el logro de una conciencia progresiva del propio cuerpo, de cómo funciona y en qué dirección ha de comenzar a funcionar. Se pretende que a partir de una integración armónica del funcionamiento postural-motriz en conjunción con un estado mental adecuado, el movimiento pueda fluir hacia el exterior sin bloqueos, libremente.
En segundo lugar y como logopedas, además de considerar a la respiración como la corriente aérea sin la cual no se produce una emisión vocal, la consideramos como una actividad del organismo, que guarda estrecha relación con la manera de ser de la persona, y por tanto, con su manera de comunicarse, de relacionarse y de emitir su voz. Cualquier análisis superficial sobre la manera de respirar de una persona, – ya sea acelerada, sosegada, entrecortada, superficial, tensa, etc -, así como la manera en que esta respiración sirve de sostén a la emisión vocal, nos habla de la forma en que una persona ha llegado a establecer y consolidar en la actualidad un patrón de emisión vocal determinado. Estas consideraciones son válidas para la mayoría de personas que llegan a una disfonía, tras un cierto período de consolidación y hasta de «estratificación» de hábitos respiratorios y fonatorios insuficientes o distorsionados. Creemos que en la base de estos comportamientos que llegan a dañar la función vocal, -siempre y cuando no existan patologías orgánicas de base-, encontramos un bajo nivel de consciencia del propio cuerpo, lo cual afecta también a una escasa consciencia de la propia respiración.
Pensamos, así, que la respiración es un camino enriquecedor que puede contribuir a quien le interese, al desarrollo de su personalidad total, tanto en los aspectos físicos, mentales y emocionales.
Por todo lo expresado hasta aquí, creemos que la respiración ocupa un lugar importante en el tratamiento de las alteraciones de la voz. Desde el punto de vista cuantitativo, la respiración aporta la corriente aérea necesaria para la emisión vocal; es por tanto, su vehículo y soporte material. Desde el punto de vista cualitativo representa la forma en que decidimos que ese aire entre y salga al exterior: con brusquedad, de manera superficial e insuficiente, adecuado a nuestro estilo comunicativo, a la situación de comunicación .
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